Bajo la presidencia de Pedro Montt, en Iquique, los trabajadores del
vital sector portuario realizaban periódicos movimientos reivindicativos. En la
Pampa Salitrera empezó a manifestarse el malestar de los obreros de las
Oficinas en “memoriales”, reclamando al Gobierno atención a sus planteamientos
sociales. Este problema político agudizó en 1907 la crisis financiera que hacía
bajar el cambio y subir los precios de los artículos de primera necesidad una
de ellas es pedir una hora y media para almorzar. La inestabilidad cambiaria
golpeaba a la clase obrera.
En noviembre de 1907 laboraban en las salitreras de Tarapacá y
Antofagasta unos 40.000 operarios; 13.000 de ellos extranjeros: bolivianos y
peruanos en su mayoría.
Luego de las primeras conversaciones con las autoridades y dejar en
claro que no volverían a la pampa hasta conseguir sus reivindicaciones
sociales, los huelguistas, que continuaban llegando en masa, fueron trasladados
hasta la escuela fiscal “Domingo Santa María”.[i]
Mientras el intendente interino, Julio Guzmán García, mediaba las
negociaciones entre salitreros y representantes pampinos, la ciudad de Iquique
paralizaba en apoyo a los huelguistas.
Los empleadores y las autoridades propusieron al grupo que dejara
una delegación de dirigentes para continuar las negociaciones, pero que
la mayoría debía regresar a sus puestos de trabajo.
Los obreros se negaron.
El 19 de diciembre las directivas de los pampinos y los trabajadores
del puerto de Iquique crearon el Comité Central Unido. El Presidente era José
Briggs y como vicepresidente, Luis Olea.[ii]
El 21 de diciembre de 1907, en la escuela
de Santa María y la plaza de Manuel Montt ubicada donde actualmente está el
Mercado centenario, había entre ocho y diez mil personas .
Esa mañana los huelguistas no acataron por
segunda vez la orden de trasladarse hasta el hipódromo y luego regresar a la
pampa.
Dentro de un marco de discursos, consignas
y gritos, transcurrieron las horas mientras el general de la brigada Roberto Silva ordenaba el traslado de dos
ametralladoras que hizo colocar frente la Escuela. Un piquete del
regimiento O’higgins se ubico a la izquierda de las ametralladoras. Luego envió
dos oficiales para convencer a los obreros que terminaran con el movimiento y
media hora más tarde él mismo ingresó al local, sin lograr un cambio de actitud
en los huelguitas. Los últimos en ingresar a la Escuela Santa María
fueron los cónsules de Perú y Bolivia, pero después de una hora de
conversaciones salieron del lugar sin lograr su objetivo.[iiii]
A las 15.45 horas se da la orden de
disparar. Desde ese instante surgen varias versiones del hecho. Algunos historiadores indican que
las ráfagas de metralleta duraron treinta segundos, otros señalan que el ataque
se prolongó por casi dos minutos.Producto de esta
acción murió un número indeterminado de obreros, siendo las estadísticas
estimadas entre 195 y 3.600 (aunque la cifra más aceptada es de cerca de 2.200,
de acuerdo a diversas fuentes)[iii]
Los sobrevivientes fueron derivados ese
mismo día a las oficinas de origen. Los heridos fueron atendidos en el
hospital de beneficencia, pero los
cuerpos de los obreros muertos, simplemente desaparecieron.
Tres
días después el comercio pudo abrir sus puertas. Iquique volvía a su actividad
normal.
Bibligrafia:
[1] Archivo
Chile (2003 – 2006). La masacre en la escuela Santa Maria de Iquique.
Recuperado de http://www.archivochile.com/Historia_de_Chile/sta-ma2/1/stamadocestop000044.pdf
[3] Elmercuriodigital.es ( 2007). «Una muestra fotográfica revive la matanza de trabajadores chilenos.
[4] Varios autores. (Año no identificado). Chile en el siglo XX. Editorial: Planeta.
Por: Camila López.
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